Tras la gran inauguración de nuestra biblioteca en mi centro escolar, hemos configurado nuestro préstamo de libros de aula.
Para ello, he buscado una forma divertida y motivante para que los alumnos disfruten de la lectura y cojan hábito de leer.
Lo primero que hicimos, a principio de curso, fue hacer una visita a nuestra biblioteca escolar y repasamos con ellos las normas propias de un lugar lleno de libros.
Investigamos cómo se organizaba, qué clase de libros podríamos coger o cómo guardarlos después.
A partir de ese momento y tras la inauguración oficial, preparé nuestra cesta de libros y realizamos unos fantásticos marcapáginas.
Tras presentar los libros que había escogido, les explique de qué forma íbamos a gestionar nuestro préstamo.
Comenzaremos todos los lunes a escoger un nuevo libro tras la lectura de uno previo, respetando en todo momento el ritmo de cada uno, de forma que si algún alumno precisa otra semana más para leerlo, podrá mantenerlo un tiempo más. Al igual, si así surge, aquellos alumnos que demanden más libros para leer, podrán optar por un cambio intermedio a mitad de semana.
Con cada uno de los libros, mis alumnos tendrán que rellenar una pequeña ficha dónde expresarán su sentimiento hacia el libro, una ficha en forma de pétalos. Esa información que den será de ayuda para saber que libros gustan más o menos.
Hablo de pétalos porque tenemos un jardín de lecturas con polen especial, cada alumno ha coloreado el centro con polen de distintos colores y de manera muy personal.
A medida que las flores reciban pétalos, esos pétalos nos darán información sobre cuáles son los libros qué más gustan, siendo una información muy valiosa para el resto de los compañeros.
Cada seis pétalos, el alumno recibirá un dojo "al buen lector", en nuestro reino Azul de ClassDojo.
Así que el jardín de lecturas está ansioso de estar lleno de flores.
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